jueves, 11 de diciembre de 2008

Durkheim y la Educación

La sociología de la educación es una disciplina que utiliza los conceptos, modelos y teorías de la sociología para entender la educación en su dimensión social. Ha sido cultivada por los sociólogos que han tenido un interés creciente por la educación y por los pedagogos que han pasado de recurrir casi exclusivamente a la psicología, a un equilibrio entre ésta y la sociología. La sociología de la educación debe distinguirse de la pedagogía social (que es una disciplina pedagógica cuyo objetivo es la educación social del hombre) y de la sociología educativa (cuya intención ha sido fundamentalmente moral: perfeccionar la conducta del hombre como ser social y a su vez la mejora de la sociedad). La sociología de la educación se caracteriza por: 1) ser una sociología especial. Es decir, es una de las ciencias sociológicas (como también la sociología de la familia, la sociología del trabajo, la sociología de la religión...) que se ocupan de alguno de los aspectos concretos de lo social. En este sentido es una rama de la sociología general, coordinada con las otras sociologías especiales mencionadas. 2) ser una ciencia de la educación, en tanto que tiene como objeto de estudio la educación. Esto no significa que sea una ciencia pedagógica, ni que pertenezca a la pedagogía, sino que es una ciencia sociológica que pertenece a la sociología. 3) ser una disciplina explicativa y descriptiva, esencialmente, frente a otras que pretenden o tienen por objetivo principal intervenir en el proceso educativo. Esta afirmación que opone la sociología de la educación a las didácticas y psicología de la educación, no quita que la sociología de la educación posea un carácter provocador y crítico que provoque y oriente con sus resultados cambios y transformaciones.
Durkheim de hecho, en su pensamiento educativo se conforma como una ruptura epistemológica con la pedagogía de su época, la cual constituía la visión hegemónica sobre la educación. Las doctrinas pedagógicas se oponían a la mirada sociológica. Los pedagogos consideraban la educación como algo eminentemente individual, de modo que la pedagogía es un corolario de la psicología. Al desconectar el análisis educativo de los condicionantes sociales se acaba entrando en la metafísica cuestión de qué sea la naturaleza humana.
Tres aspectos de la sociología de Durkheim fueron decisivos para el desarrollo de la sociología funcionalista de la educación.
Primero desarrolló la tesis histórica de que las transformaciones en los sistemas educativos eran la consecuencia causal de cambios económicos y sociales externos en la sociedad considerada globalmente.
En segundo lugar afirmó que las características específicas de las estructuras educativas y sus contenidos culturales guardaban una fuerte relación con las necesidades de la sociedad.
En tercer lugar, como consecuencia de la transición de una sociedad mecánica a otra orgánica, se hace precisa una mayor individualización y esto se refleja en los cambios en la pedagogía y en la organización escolar.
Su sociología de la educación constituye una prolongación y profundización de su sociología general.
Como Durkheim es el último gran sociólogo que trata de distinguir, pero no de separar, la teoría de la práctica. No renuncia a relacionar la política con el conocimiento. La sociología debe contribuir a consolidar la política republicana en el contexto francés de laicización de la enseñanza. El sistema educativo constituía el elemento clave para imponer una doctrina moral que diera coherencia a la república. La sociología de la educación de Durkheim es producto de una crítica de la concepción idealista de la educación presente en las doctrinas pedagógicas.
Durkheim destruye este discurso pedagógico a partir de tres líneas de ruptura:
· En primer lugar no se ocupa de la educación de un modo teórico, sino que la analiza como un conjunto de prácticas y de instituciones sociales. La educación hay que estudiarla como lo que es, o sea, como un hecho social, desde fuera, como si se tratase de una cosa. El objeto de la sociología de la educación lo constituye el sistema educativo.
· En segundo lugar la educación no provoca un proceso de desarrollo natural, sino de creación, de producción. Esa creación no puede ser natural, sino que es social y, por tanto, inarmónica. La práctica educativa humaniza, crea a las personas. La práctica educativa no consiste en un proceso de extracción. Para sacar o extraer algo del alumno es preciso suponer que ese algo preexiste en él desde su nacimiento, algo que tuviera que hacer aflorar el proceso educativo. Dado que, de acuerdo con Durkheim, no existe algo a lo que se pueda denominar naturaleza humana, la práctica educativa no se limita a desarrollar una preexistente naturaleza del hombre, sino que lo crea.
· En tercer y último lugar Durkheim señala que para el pensamiento idealista la función del maestro consistiría tan solo en enseñar, obviando la evidencia de la asimetría característica de toda clase de relaciones pedagógicas o educativas: se trata de unas relaciones de dominación ideológica. Incluso llega a plantear el paralelismo entre educación e hipnosis. El lugar de la educación y de la escuela es el lugar del poder. Las relaciones educativas o pedagógicas no son relaciones de comunicación. La función del maestro iría más allá de la función de enseñar.
El sistema educativo, llega a decir, es un instrumento de dominación de las almas. La escuela es una institución de poder. La función de la escuela es la imposición de la legitimidad de una determinada cultura o forma de vida.
El mundo de la educación cumple los dos requisitos básicos para que pueda constituirse en objeto de una ciencia. En primer lugar está constituido por un conjunto de prácticas, de maneras de proceder, de costumbres, que son realidades todas ellas exteriores e independientes de la voluntad individual. El segundo requisito es la homogeneidad de estas prácticas, las cuales, en el caso de la educación, consisten en la acción ejercida por la generación adulta sobre la joven.
Para Durkheim los hechos sociales deben ser considerados como cosas naturales. Esto significa que cuando tratamos de comprender una parte de la sociedad, como es la educación, en primer lugar debemos suministrar una definición del fenómeno que se va a estudiar. Una vez hecho esto podemos buscar una explicación del hecho social que sea causal y funcional. Cuando se refiere a una explicación causal insiste en que se debe rehusar cualquier explicación basada en los propósitos, intenciones y acciones de los individuos o de grupos identificables; más bien hay que buscarla en términos de fuerzas sociales impersonales. Por ejemplo, para entender el sistema educativo español, la explicación debería efectuarse al nivel de la relación de la educación con la economía, el sistema político, el sistema de clases y las corrientes de opinión de la sociedad. En segundo lugar, una explicación funcional debe determinar el modo en que el fenómeno analizado sirve a la sociedad en lugar de a los individuos, a las necesidades generales del organismo. Esencialmente significa que el sociólogo debe considerar qué papel desempeña cualquier fenómeno social en el mantenimiento del orden y de la estabilidad socia. Aquí se define a la educación como la influencia de las generaciones adultas sobre aquellos aun no preparados para la vida. La primera función de la educación, no es el desarrollo de las habilidades y potencialidades de cada individuo, sino que consiste en el desarrollo de aquellas capacidades y habilidades que precisa la sociedad. Todas las sociedades tienen necesidad de una cierta especialización. Una de las funciones de la educación es preparar a la gente para el medio particular al que están destinados. No obstante, todas las formas de educación contienen un núcleo común que reciben todos los niños (educación básica). Toda sociedad precisa una similitud básica de pensamiento, valores y normas entre sus miembros para perseverar en la existencia.
Para este autor, los hombres llevan a cabo ciertas funciones sociales, tales como ser padre, ser ciudadano, que no han sido ideadas por ellos como individuos sino que las han recibido o aprendido por medio de la educación. Esos modos de obrar, así como las maneras de pensar o de sentir de las personas existen fuera de las conciencias individuales y están dotados de un poder exterior imperativo y coercitivo en virtud del cual se imponen. Estos hechos entran dentro del dominio específico del poder social.
Los hechos sociales son externos al individuo en dos sentidos: todo individuo nace inmerso en una sociedad que ya está en marcha, que ya tiene una estructura previa que condiciona la personalidad de cada uno de sus miembros. Cada individuo es solo un elemento dentro de la totalidad de relaciones que constituyen la sociedad. Estas relaciones se componen de la interacción entre individuos.
Para Durkheim, ningún análisis que empiece por el individuo puede lograr una comprensión de las propiedades de los fenómenos sociales. En toda sociedad existe una división del trabajo social que adjudica funciones que deben ser cumplidas. Las funciones que se cumplen en la sociedad tales como ser padres, ciudadanos aparecen como previas e impuestas a los individuos. Se transmiten por medio de la educación y no son, por lo tanto creadas por el individuo.
Hay modos de obrar, de pensar y de sentir que existen fuera de las conciencias individuales y están dotados de un poder imperativo y coercitivo en virtud del cual se imponen. Estos modos son específicamente sociales y existen cuando hay una organización social definida. Durkheim, se opone a las explicaciones individualistas. Sostiene, enfatizando el papel determinante de lo social por sobre lo individual: los hombres “ somos víctimas de la ilusión de haber creado algo que nos ha sido impuesto”.
La coacción da nacimiento poco a poco a nuestras costumbres. En el transcurso de la vida, se deja de sentir esa coacción y sentimos como propias las conductas aprendidas. La educación tiene por objeto la construcción del ser social: establecer las conductas deseables, las consideradas normales, que constituyen los hechos sociales prescriptos como tales por el consenso social.
La acción educadora se realiza desde la generación adulta a la generación joven.
Durkheim define la educación como la acción ejercida por los adultos sobre los jóvenes. En diversas ocasiones, afirma que cada palabra o cada gesto que se dedican a los jóvenes es parte de la educación que se les inculca. También afirma que la educación es la socialización de la joven generación por la generación adulta, lo que resume las ideas expresadas en el apartado anterior y en este mismo.
Todas estas definiciones e ideas se recogen principalmente en el apartado `Definición de la educación' del primer ensayo. El éxito educativo se fundamente pues, en la presencia de estos dos grupos generacionales diferenciados.
En este aspecto presento las teorías de Durkheim, debido a la escasa influencia que otorga al aprendizaje entre iguales, y por consiguiente, a su papel en la educación. Reconoce la influencia del grupo en el comportamiento del individuo, y asegura que una clase no se comporta como la aglomeración de individuos independientes los unos de los otros, sino que se piensa, se actúa y se siente de forma diferente a cuando se está aislado. Sin embargo, reserva el estudio de estos procesos a la psicología colectiva.
Además, su concepción de la educación es unidireccional, desde la sociedad al maestro y del maestro al niño, por lo que no considera la posibilidad de interacciones alumno maestro.
Los medios de acción disponibles por la educación, según Durkheim, los maestros poseen un enorme poder para lograr la educación de la joven generación. Este poder proviene de la sociedad, que lo deposita en el maestro como intérprete de las grandes ideas morales de su época y de su país. Para conseguir el éxito educativo, es necesario hacer un buen uso de esta autoridad.
La estructura de esta reflexión es muy parecida a la expresada en el apartado comienza analizando las diferentes teorías defendidas a lo largo de la historia. Seguidamente, considera las predisposiciones innatas y las tendencias heredadas por los jóvenes de sus padres, concluyendo que no son de gran importancia.
Establece una interesante comparación entre la educación y la hipnosis y define las características de la buena educación para lograr el éxito: paciente, continuada, realizada por un ente de autoridad en vez de desordenada, brusca, intermitente. El problema de la educación es que es costosa, en lugar de placentera, lo que facilitaría su realización, debido a supone la aceptación del deber.
También señala las características personales de un buen educador, que son el carácter, sentir internamente la autoridad, y creer en su labor, no en su inteligencia. Por último, resuelve el posible conflicto entre libertad y autoridad, considerando que la libertad es el fruto de la autoridad bien entendida.
En este aspecto, Durkheim en el análisis de la autoridad que hace del educador, y de sus características personales. Sin embargo, pienso que actualmente, es preciso una revisión de estos conceptos, debido al conflicto de autoridad presente actualmente en las aulas. Siguiendo las teorías de Durkheim, la sociedad ha cambiado y debe buscar el modelo de autoridad que resuelva los problemas actuales.
La educación hablando siempre como sociólogo, Durkheim enseñó toda su vida la educación, “cosa eminentemente social”. Sus cursos sobre la Historia de las teorías de la educación y la educación intelectual en la escuela primaria han sido conservados solamente en parte. Su artículo “Educación”, publicado en el Nuevo Diccionario de Pedagogía y de Instrucción Primaria, constituye un resumen de su teoría de la educación. Sus grandes cursos de París sobre la educación moral y sobre la Evolución de la pedagogía en Francia (de los orígenes al renacimiento y de éste a nuestros días). El arte y la ciencia y de la pedagogía tienen para Durkheim unos objetivos muy precisos: “ejercitarse a pensar distintamente, sentir la infinita riqueza de la realidad, desarrollar un verdadero espíritu humanista”.
El sistema funcionalista, tal como lo emplea Durkheim, consiste en buscar la función desempeñada por una institución (la educación en nuestro caso) en la sociedad en general; es decir, el rol que juega esa institución en la promoción y el mantenimiento de la cohesión y de la unidad sociales. Todas las grandes instituciones estudiadas por Durkheim se hallan concebidas de esta forma, y la educación no es una excepción. Su área especial es definida por él como “una socialización metódica de la generación joven”. Alude así al desarrollo en el niño de ciertos valores y de determinadas destrezas intelectuales y físicas necesarias para convertirse en parte de la sociedad y que le son traspasadas por la institución educacional.
“La educación es la acción ejercida por las generaciones adultas sobre las que todavía no están maduras para la vida social. Tiene por objeto suscitar y desarrollar en el niño cierto número de estados físicos, intelectuales y morales que exigen de él la sociedad política en su conjunto y el medio especial al que está particularmente destinado”.
Para Durkheim, sólo de ésta manera pueden quedar garantizadas la cohesión y la supervivencia de la sociedad. Al mismo tiempo que Durkheim exponía su visión sociológica de la educción creó una especialidad, la de la sociología de la Educación, que es un campo de la sociología que se encarga de evaluar los procesos educativos en las sociedades modernas.
La sociología de la educación se interesa sólo por los procesos de transmisión de conocimientos, los métodos de enseñanza o los contenidos educativos en tanto que procesos importantes para la estructuración y el contenido de las relaciones sociales y que es a partir de la finalización de la Segunda Guerra Mundial cuando efectivamente tiene lugar el desarrollo de una verdadera perspectiva sociológica de la educación.
Puesto que la sociología de la Educción tiene la misión de evaluar los alcances y el impacto que tiene la forma de educar en una sociedad moderna, es muy necesario que los profesores del siglo XXI tengan conocimientos de este campo de la sociología, especialmente en los desarrollos de la educación que se produjeron después de la Segunda Guerra mundial, que terminara en 1945 y con la que se inicia un periodo de avances científicos, tecnológicos y culturales en todo el mundo.
Ver la educación como proceso social y revelar el hecho de la educación. La educación hace que los individuos vean el interés propio y que la vida social es una construcción colectiva quiere que la educación constituya a los sujetos.
Educación= -acción de las generaciones adultas, sobre las generaciones jóvenes
Su objeto suscitar estados físicos, intelectuales y morales exigidos por la sociedad política y el medio ambiente especifico.
Desarrollar o crear en el hombre un ser nuevo.
Añadir ( al ser natural) las aptitudes que supone la vida social.

Escuela * identidad nacional
Publica *lengua nacional
*ciencia
Todas las sociedades tienen necesidad de una cierta especialización. Una de las funciones de la educación es preparar a la gente para el medio particular al que están destinados. No obstante, todas las formas de educación contienen un núcleo común que reciben todos los niños (educación básica). Toda sociedad precisa una similitud básica de pensamiento, valores y normas entre sus miembros para perseverar en la existencia.
Hace falta conocer plenamente las condiciones del hecho educativo, para que haya más probabilidades de utilizarlo eficazmente. Para ello, es menester entender las instituciones de acuerdo a su función, dirigida hacia una pedagogía racional y eficaz dentro de los límites sociales, analizando sus componentes, sus necesidades y las génesis de sus causas.
La educación moral tiene como función inicial al niño en los deberes, suscitarle ciertas virtudes, “desarrollar en él la aptitud general para la moralidad, las disposiciones fundamentales que están en la raíz de la vida moral, constituir en él el agente moral, dispuesto a las iniciativas que son condición general del progreso.” Hay que entender como elementos de moralidad el espíritu de disciplina, y el espíritu de autonomía, orientados hacia el deber y el bien. La paulatina asimilación del sentido del gusto de la regularidad, la limitación de deseos y el respeto por la regla al reconocerla racionalmente fundada, supone su aplicación metódica de la inteligencia.
Lo que debe ser la educación, responde a la contribución que las generaciones pasadas han hecho, es decir que es imposible separar las causas históricas para poder comprenderla. Es una realidad existente, sobre la cual sólo es posible actuar conociéndola, saber cuál es su naturaleza y las condiciones de que dependen. Toda educación trata de formar al hombre de acuerdo al tipo ideal de hombre que sobreentiende la civilización, lo que éste debe ser desde el punto de vista intelectual, como físico y moral. Este tipo se fija en las conciencias, y aunque la educación asegura la diversidad, también se ocupa de perpetuar la homogeneidad de sus discípulos.
Al ser niño se le agrega otro educador para llevarlo a la vida moral y social para hacer de él un ser nuevo, que responderá antes que nada, a necesidades sociales. La educación desenvolverá sus cualidades de la inteligencia y las físicas, para ir al encuentro de un estado de perfección gracias al concurso de la sociedad, porque El hombre, en efecto, no es hombre más que porque vive en Sociedad. La sociedad es quien nos insta a pensar en los intereses de los demás, a dominar las pasiones y los instintos, a subordinar los propios fines a otros más altos: “Todo el sistema de representación que mantiene en nosotros la idea u el sentimiento de la regla, de la disciplina, lo mismo interna que externa, es la sociedad quien lo instituyó en nuestras conciencias.
Enseñar no es simplemente una transmisión de una tradición entre padres e hijos o maestros y alumnos, sino un pasado mayor a nosotros mismos. Cuanto más se quiera definir la herencia simplemente como una tradición obligada peor nos va. Hay abandono de los adultos y también de los jóvenes a los adultos, de lo que me quieren enseñar, que quieren institucionalizar y de la tradición.
una conversación entre jóvenes y adultos que hasta ahora está siendo negada hay una distancia tal entre jóvenes y adultos, que no hay conversación. El principio de cualquier enseñanza es que haya conversación. Me parece que lo que reclaman tanto los jóvenes es que no hay diálogo, por lo tanto no puede haber instrucción ni ningún tipo de explicación. Hoy la conversación tiene que girar en el tono de la sensibilidad y no en el de la moralidad.
La educación no hace al hombre de la nada sino que trabaja sobre disposiciones que ya están hechas, y que son muy difíciles de transformar radicalmente porque dominan el carácter hacia determinadas maneras de obrar y de pensar. El maestro con su experiencia y su cultura tiene la fuerza para trabajar sobre la voluntad del niño. La educación debe ser paciente y continua en busca de un sentido bien determinado, sin desviarse por las circunstancias externas, y de esta manera tiene los medios necesarios para impresionar. Educación es la acción ejercida sobre los niños por los padres y los maestros las prácticas educativas ejercen sus acciones por generaciones que se adaptan a vivir en dichos medios.
Es importante decir que el hombre hace a la sociedad y que la sociedad hace a su vez al hombre, estableciéndose una relación mutua bilateral, ya que no puede existir una comunidad social sin la intervención del hombre, y a medida que se va formando la sociedad, el hombre se ira instruyendo para formar parte de ésta.
Por otra parte los dos polos que forman la relación pedagógica, el educando y el educador, son socializados por una institución como lo es la escuela. La escuela socializa al docente por ser su medio de trabajo y por demandarles aprendizaje de ciertas destrezas y la observación de normas y valores determinados. Alumnos y maestros se encuentran inmersos en un proceso de socialización. Efectivamente, si repasamos con detenimiento la historia de la e., advertiremos fácilmente que los impulsos más importantes imprimidos al proceso educativo han tenido casi siempre una causa social. Y más aún, podemos hoy afirmar que la educación en todas las sociedades no ha sido otra cosa que la transmisión a los niños y a los jóvenes, por los adultos, de unas formas de vida o unos modelos culturales característicos de esos grupos.



Karen Mariel García

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