INTRODUCCIÓN
Al inicio del presente año (2007), lo que más se escuchaba a diario era el número de muertos que había a causa del narcotráfico en el Estado de Nuevo León, todas las conversaciones y los noticieros giraban al número de muertos que habían sido ejecutados hasta ese momento. Día a día los medios de esta entidad, reflejan la guerra que viven los “narcos”, los cuales van enfrentandose y extinguiendose de un cartel a otro con el objetivo de ganar territorios.
Ahora bien, el número de homicidios ocurridos en Nuevo León en el presente año, se deben de vincular al narcotráfico a escala local y después transnacional ya que estos delitos se encuentran relacionados con conflictos más que personales, comerciales entre personas vinculadas con bandas o carteles de las drogas de todo el país.
La situación en México es crítica, las complicidades y el descuido gubernamental han inducido al fortalecimiento de las organizaciones criminales. Las condiciones económicas y sociales del país —desigualdad abusiva, pobreza arraigada, informalidad en auge, cultura de violencia e impunidad— posibilitan la instauración de estos grupos organizados con sus reglas de convivencia y código de violencia propios.
El fenómeno de la violencia relacionada con el narcotráfico es un fenómeno complejo desde el cuál se puede analizar tanto desde un punto de vista económico, psicológico o social, analizándolo no solo lo podemos ver desde los elementos que favorecen el consumo de drogas o por la forma en que se expande, la intervención del Estado o las redes en las cuales se estructura este fenómeno, desde mi punto de vista no se puede analizar sino viéndolo desde un macro enfoque en el cuál se pueda relacionar todos los elementos, pero para los fines que conviene este trabajo se analizará desde un enfoque social.
Se enfatiza el punto en como se estructuran las redes sociales del narcotráfico, usando el enfoque funcionalista el cual considera a la sociedad como un organismo vivo explicando ciertos fenómenos sociales que acontecen en ella, en términos de su funcionalidad y de esta manera cumpliendo una función que contribuye a la satisfacción de las necesidades de la sociedad, observando este conflicto con los elementos de E. Durkheim, sobre solidaridad social, el orden y de la estabilidad, viendo que todo conflicto sea visto como una patología social, por medio de centrarse en los aspectos normativos e integrativos del fenómeno.
I LUCHA POR TERRITORIOS
Los investigadores han señalado que el control del territorio ya sea geográfico o funcional, es una condición necesaria para que los individuos y las organizaciones desarrollen actividades en el tráfico ilegal de drogas. Es por ello que existan luchas por lugares que sean propicios para que se desarrollen este tipo de actividades, tal es el caso actual de Nuevo León, ya que es considerado como el estado de vanguardia en materia económica, fuente de ingresos sustantivos para la Federación y entidad de gran interés para la inversión de capitales nacionales y extranjeros, recordemos que la inversión en el Estado se ha destacado por ser superior a la media nacional; que en los próximos seis años, la aplicación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, incrementara las potencialidades de la producción industrial de exportación; de igual forma por ser zona colindante con Tamaulipas principal zona afectada por el narcotráfico en la parte Noreste .
Existen otros factores que ayudan y el de la desigualdad social, la corrupción, la prevención de la criminalidad se halla nula en la cultura de los valores, una población que vive en el stress o en la depresión, pero para entender este tipo de organización como un tipo de cultura el cuál es distinto a los demás y distinto a lo que era en su propio pasado, hay que estudiarla hoy (enfoque sincrónico) en su funcionamiento real y tomando esta cultura como una unidad de partes inseparables(enfoque global).
II FORMACIÓN DE LAS REDES SOCIALES DEL NARCOTRÁFICO
En las redes del negocio del crimen, quienes ocupan posiciones estratégicas en el entramado de conexiones, pueden obtener rápidos beneficios gracias a la combinación de dos factores: la existencia de pocos límites institucionales y el uso de la violencia para resolver conflictos. Los cárteles del narcotráfico brindan cobijo al desamparado, al paria urbano. Los individuos sin arraigo social, encuentran en la seno del crimen organizado un suelo protector, un espacio, una pedagogía de aprendizaje. Al amparo de una estructura clánica horizontal, los sujetos “trabajan para el patrón” y pueden escalar posiciones de acuerdo a sus habilidades.
Los oficios se presentan como “normales”: cosechar amapola o marihuana, vigilar los cultivos, trasladar la droga, comprar insumos o precursores, eliminar enemigos, etcétera. Los oficios ilegales se asumen como una actividad cualquiera, gozan de aceptación social dentro del grupo; el narcotráfico y la violencia son actividades rentables, los beneficios económicos son obvios (artículos suntuarios, poder adquisitivo)
Esa manera de abrigar a los excluidos, constituye una nueva forma de integración social y económica. Aunque la pobreza y la urbanización acelerada en este caso Nuevo León, tengan claras relaciones de causa y consecuencia con la exclusión, el crimen se nutre de todas las clases sociales, ya que tiene vínculos con organizaciones empresariales legales y sobrevive gracias al apoyo institucional de organismos gubernamentales. Estas redes pueden ser vistas con la conexión que hace la solidaridad existente entre ese grupo. Malinowski nos da una explicación de la función de esta solidaridad en su estudio hecho con los trobiandenses, la sociedad en que realizó su trabajo de campo, en esta sociedad existían ciertos deberes o compromisos mutuamente obligantes, respetados y conscientemente percibidos, basado en la satisfacción de necesidades recíprocas.
La reciprocidad era el producto del interés personal , es decir, la gente da y ayuda en ciertas cantidades y a personas específicas, no solo por su generosidad o por cierto “comunismo primitivo” que afirmaba Durkheim, Radclife Brown menciona que esta devolución de favores o cosas viene a significar que la reciprocidad esperada también crea obligaciones mutuas.
Esas obligaciones recíprocas, al ser parte de las costumbres, pueden ser diferenciadas y definidas como un cuerpo de reglas de comportamiento, socialmente impuestas y sancionadas a través de la acción de la comunidad sobre las personas que rompen las reglas, son los códigos escritos para mantener el orden. Dentro de estos grupos se encuentran los asesinatos, los cuales algunos de ellos son por el enfrentamiento de los carteles para ganar territorio y otros son por que los mismos integrantes no cumplieron con esos códigos que estaban establecidos.
III ORGANIZACIÓN
Los cárteles se construyen con base en redes, estructuras de poder local y la complicidad con autoridades, con el tiempo las redes se extienden a los ámbitos regional y nacional. Los focos de violencia ya no son solo relacionados con las ciudades fronterizas.
En México los cárteles han evolucionado en estructuras horizontales. En cierto modo constituyen una superación de la organización criminal basada en el modelo caciquil o de estructura de poder local, a imagen y semejanza del viejo cacique que dominaba la política local, y cuyo poder emanaba de su cercanía con el gobierno federal. La permanencia de estos caciques estaba ligada a su capacidad de negociación sexenal con los presidentes o gobernadores en turno. El modelo horizontal si bien aprovecha la cercanía con las autoridades en turno, tiene mayor movilidad: no dependen exclusivamente de los vaivenes de la política. El artífice de este modelo fue Miguel Ángel Félix Gallardo; se le atribuye algo inédito: la habilidad de haber desconcentrado el negocio del narcotráfico y zonificarlo entre sus diversos socios, esto es: asignar territorios. Se dice que el pacto se celebró en 1989. Hegemonías como las de Félix Gallardo, no existen hoy en día. Esto puede explicar el proceso creciente de enfrentamiento y alianzas de los clanes: Los Arellano Félix, los hermanos Beltrán Leyva, los Carrillo Fuentes, el Chapo Guzmán, el Mayo Zambada, los hermanos Valencia, Osiel Cárdenas Guillén, etcétera.
La identidad cultural es un aspecto importante en la construcción del crimen organizado, y de eso tendrá que dar cuenta la Antropología de la violencia:
Por otra parte esta persistencia del orden social de estos grupos y el funcionamiento de la estructura, depende del mantenimiento de la solidaridad, Radcliffe Brown nos dice que en las sociedades segmentarias la solidaridad de sus miembros depende de su mutua semejanza. Según este enfoque, en todas las sociedades, las formas de agrupamiento social, determinan la conciencia social de sus miembros y las formas de conciencia y se vigorizan a través de su revalidación en rituales simbólicos y de igual forma la coacción ejercida contra aquellos que no las sigan, en nuestra sociedad este hecho se marca por las leyes jurídicas, pero en el narcotráfico se paga con la muerte.
IV ESTADO Y EL NARCOTRÁFICO
El campo de tráfico de drogas en México nació subordinado al campo político y esa relación se reforzó con el surgimiento de la estructura de poder.La relación histórica de ese campo con el poder político hegemónico y las instituciones de seguridad y justicia emanadas de éste, se h a modificado de manera acelerada en los últimos 15 años, en el sentido de una mayor autonomía relativa de los traficantes respecto de una estructura de poder que pasó de ser monopolizada por el partido de estado a una situación de pérdida paulatina de su hegemonía para convertirse sólo en partido dominante, partido que ha sido desplazado de esa posición de poder.
El 2 de julio del 2000, el partido de Estado creado en 1929 perdió por primera vez desde su fundación la presidencia de la República y la mayoría aboluta en el Congreso. El nuevo escenario político crea las condiciones de posibilidad para transformar cualitativamente las relaciones de poder anteriores, donde la simbiosis entre la legalidad y la ilegalidad hubiera adquirido carta de naturalización. De esta manera no es casualidad que uno de los principales planteamientos del nuevo gobernante, surgido de la oposición, sea precisamente modificar las instituciones de seguridad y justicia. En ese esquema, las instituciones de seguridad y justicia han jugado un papel de mediaciones estructurales al servicio del ejecutivo. Cuando no se ha tenido la experiencia de la
alternancia en el poder, y con la historia de corrupción de los aparatos de seguridad, más que el de las instituciones de justicia, surgen dudas acerca de la institucionalidad de aparatos que han estado acostumbrados a la fidelidad a quien les asegure impunidad. De ahí que surge la necesidad desestructurarlos, desmovilizarlos, reorganizarlos de otra manera para asegurar su participación, supervisada por el Congreso, en la gobernabilidad
La relación de fuerzas entre el Estado y los que se hallan al margen de la ley en la transacción corruptora difiere, de un país a otro. En Brasil, se favorece a los traficantes corruptores de los representantes de un Estado poco poderoso, mientras que en México o en china, llevan más bien la ventaja los representates corruptos de Esados netamente más peligrosos para los delincuentes. En ambos casos, el que domina en la relación de fuerzas es el que impone el precio de la neutralización de la ley. Se observa entonces cómo el movimiento de criminalización de la actividad de los representantes del Estado sigue dos trayectorias opuestas: en el Brasil, los traficantes están en condiciones de apoyarse sobre su poder financiero y su audiencia social para apoderarse legalmente de cargos dentro del Estado, por el contrario en México son más bien los funcionarios o los representantes elegidos quienes abusan de su autoridad legar para poner bajo tutela las actividades criminales, con el fin de compartir los beneficios con los malhechores o para intervenir en ella directamente y con menos riesgos, bajo la cobertura de su función
Por lo demás, nada tiene de sorprendente el fenómeno, ya que en última instancia es la autoridad misma del Estado lo que los corruptos negocian y comercializan en la transacción corruptora, y esta autoridad es incontestablemente más temible en China o en México... Nada tiene tampoco de asombroso el que las instituciones más expuestas a la corrupción sean, en todas las situaciones estudiadas, las administraciones en quienes recae en principio la misión de hacer respetar la ley y que disponen de los medios para hacerlo: la policía, la justicia y eventualmente el ejército.
CONCLUSIÓN
El narcotráfico opera como delincuencia organizada, sus leyes no escritas se ejecutan bajo la gramática del crimen: el acto violento focalizado, pero también indiscriminado. El crimen como acto de violencia vulnera a los ciudadanos y también al Estado; La “violencia, cuando no se halla en posesión del derecho a la sazón existente, representa para éste una amenaza, no a causa de los fines que la violencia persigue, sino por su simple existencia fuera del derecho” .
El riesgo del narcotráfico para un país como México, no es la abstracta constitución de un “narcoestado”, de la que hablan los medios de comunicación, sino algo más contundente: la erosión de las instituciones, la fragmentación e ingobernabilidad del sistema democrático. El peligro es la construcción de un poder dual, paralelo, que le arrebate al Estado el control sobre la sociedad, la política y la economía de la Nación. Durkheim postuló que la anomia es el mal que sufre una sociedad a causa de la ausencia de reglas morales y jurídicas, ausencia que se debe al desequilibrio económico o al debilitamiento de sus instituciones, y que implica un bajo grado de integración., analizó la relación del individuo con las normas y valores de la sociedad en la que vive, y su aceptación e interiorización. Para Durkheim, la anomia es mayor cuando los vínculos que unen a los individuos con los grupos sociales o colectividades no son fuertes ni constantes.
Droga y crimen no son procesos históricos simultáneos: constituyen una relación construida socialmente por la ilegalidad. El narcotráfico es una transgresión al contrato social.
A través de los medios de comunicación el narcotráfico ha penetrado el imaginario colectivo, criminalizando el tejido social.
La estructura social se define, como la configuración de la organización interna de cualquier grupo social. La estructura social es el organigrama que explica la relación entre las partes que hacen posible la vida colectiva o en sociedad. Se presupone que la vida en sociedad tiene unos fines (objetivos, metas, propósitos) y que las distintas partes que componen esa sociedad deben contribuir a los propósitos o fines de esa sociedad, pero lamentablemente esta estructura favorece un modelo que fomenta la criminalidad, la corrupción y el comercio de drogas adulteradas, y a últimas fechas la ola de asesinatos relacionados con este. Lamentablemente el camino parece indicar que vamos hacia una cultura de la violencia, la cual pasa a formar parte de nuestro panorama y que la línea divisioria de legalidad e ilegalidad sea cada vez mas estrecha.
Bibliografía:
E. Durkheim. Las reglas del método sociológico. Ed. Quinto sol. 4ª. Ed. México.
Bronislaw Malinowski, Crimen y costumbre en la sociedad salvaje. Barcelona, Ariel, 1969.
A.R. Radcliffe Brown. El método de la antropología social. Ed. Anagrama
Narcotráfico : dimensiones económicas y sociales. Portal de la UNESCO . http://portal.unesco.org/shs/es/ev.php-URL_ID=3806&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html
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Por: Ma. del Carmen Pineda Serrano
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