jueves, 17 de abril de 2008

Fiestas a San Francisco de Asís,Real de Catorce : El método sociológico en la comprensión de la práctica religiosa



El presente trabajo pretende abordar el orden de la vida religiosa a partir de un estudio de aplicación del método sociológico en la práctica de los ritos, y creencias religiosas a base de una observación llevada a cabo en las fiestas de San Francisco de Asís del mes de Octubre del presente año en Real de Catorce viaje realizado como parte de las propuestas de la materia de Teoría Social II considerando como base para sustentar la orientación del trabajo el método sociológico propuesto por Durkheim que es el tema central que define el curso; desde esta perspectiva se planteara el enfoque que justifica toda esta práctica de acciones que constituyen el culto religioso desde el enfoque social, afirmando que la practica del mismo es indudablemente un fenómeno social que nace precisamente de la concepción y necesidad del hombre en su creación y uso o usos; en este sentido la divinidad o los actores principales representados por figuras celestiales y santas vienen a ser de la misma forma invención general de los seres humanos en sociedad; en este sentido Durkheim no considera a la divinidad como punto central para estudiar el fenómeno religioso.


Para dar continuidad al trabajo y abundar mas adelante es necesario definir el actor que produce la congregación y posteriormente la necesidad de celebración de las fiestas, San Francisco de Asís fue fundador de la orden Franciscana, nació en Italia , insatisfecho de la vida que sostenía decidió refugiarse en el apostolado y servir a los pobres, desde siempre se manifestaba humilde y al servicio de los demás, proclamando una vida sencilla y la pobreza como valor, el papa Inocencio III aprobó su modelo de vida religiosa , San Francisco de Asís era considerado como muy milagroso y se le adjudicaba una especial habilidad para comunicarse con los animales; Real de catorce conforma el punto de reunión como patrono del lugar para la celebración de las fiestas “San Panchito” como es llamado comúnmente por los feligreses , las fiestas específicamente en la Parroquia de la Purísima Concepción son llevadas a cabo y es en donde se le rinde culto, miles de peregrinos son los que visitan para confirmar su fe, su agradecimiento o su petición al santo; el fenómeno es dado en un ambiente enigmático y de fiesta, de devoción, el lugar da especialmente un toque fundamental para transformar y hacer mas evidente las practicas religiosas , la ubicación encierra una cercanía espiritual que se denota en le fervor de ir hasta ese sitio a renacer en la fe.

Al entrar a Real de Catorce se observan cientos de puestos que nos hacen suponer la gran afluencia que está por venir o que estuvo ahí , nos encontramos con un ambiente de fiesta, en donde los artículos referentes a San Francisco de Asís abundan en su mayoría, aunque no podemos evitar que para sostener el sitio de reunión es necesario incluir la venta de otro tipo de artículos, ya sea de consumo alimentario u otras mercancías artesanales, especialmente de los huicholes, grandes devotos del lugar, así como también gran numero de turistas y otros artesanos.

Se puede notar desde un principio que el pueblo se ve transformado inmediatamente y no solo por las fiestas celebradas en ese determinado tiempo sino durante la estancia se puede observar que el lugar es en gran medida producto de la devoción de los fieles hacia San Francisco de Asís, el pueblo es ya un sitio de entera religiosidad en donde abunda un sentimiento coercitivo inevitable de dejar de lado a quienes visitan el lugar, inmediatamente al entrar la fe se ve engrandecida, se proclama entre ellos una protección y cuidado que antes no sentían, se transforma la percepción individual ahora somos un conjunto exaltado por la fiesta religiosa, como bien menciona Durkheim: “Pues solo el hecho de la aglomeración obra como un excitante excepcionalmente poderoso . Una vez reunidos los individuos, se desprende de su mismo acercamiento una especie de electricidad que los transporta pronto a un grado de exaltación extraordinaria. (...) Se concibe fácilmente que llegado a este estado de exaltación, el hombre no se reconozca más. Sintiéndose dominado, arrastrado por una especie de poder exterior que le hace pensar y actuar de otro modo que en tiempo normal, tiene naturalmente la impresión de no ser más él mismo. Cree haberse transformado en un nuevo ser: los decorados con los que se disfraza, la especie de máscaras con las que se cubre el rostro representan materialmente esta transformación interior, más aún de lo que contribuyen a determinarla(...) todo sucede como si él se hubiera realmente transportado a un mundo especial, enteramente diferente de aquel donde vive de ordinario(...) Es pues en estos medios sociales efervescentes y de esta efervescencia misma que parece haber nacido la vida religiosa”.

Es así como se observa la fuerza de la fiesta convertida en una especie de acto colectivo ajeno a la practica de la fe personal, la transformación es dada de manera inmediata, inclusive pienso existe una preparación dada con anterioridad para llegar hasta ese punto en donde se predispone que habrá un alivio espiritual que por consecuencia al encontrarse inmerso en toda la celebración se acelera la necesidad de pertenecer activamente al culto de manera imitativa, separándose de la concepción psicológica y cosificando así el fenómeno como exterior y no naciente desde la concepción individual.

Puede observarse también así como Durkheim nos menciona, la transformación de las prendas y los ritos realizados en gran medida son los que definen la credibilidad de la divinidad, son vistas personas vestidas con hábitos de San Francisco de Asís, en donde particularmente se observaron niños , la peregrinación de diversas áreas sociales y geográficas, así como étnicas, nos dicen que el poder de convocatoria es pronunciado claramente comprobable el día de la observación al tener que hace runa fila enorme que abarcaba en mayoría el pueblo para entrar a la Parroquia.

El culto, la creencia como parte de la necesidad de satisfacer una necesidad y la creación de supuestos divinos confirman las reglas del método a clasificar al fenómeno religioso como un aspecto enteramente social con creadores y participantes puramente sociales.
Estudiar el fenómeno con las reglas del método sociológico nos orilla estrictamente a cosificar los actos y la problemática o fenómeno de la religión, concebirlos como actos no psicológicos que, en consecuencia nos quieren decir que las prenociones no caben para hacer un estudio puramente científico, es necesario para el estudio considerar la exterioridad del fenómeno así como la coerción producida en la conciencia individual que avanzado el delirio aglomerado se convierte en una especie de teatro social.





Leticia Huerta Benze

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